Una de las razones por las que WordPress es tan popular es que puede ser fácilmente hackeado para modificar sutil o radicalmente el aspecto de un sitio web. Esta capacidad incorporada puede salvar a los webmasters amateur que no pueden permitirse un rediseño profesional que cuesta un montón de dinero. Incluso si no estás familiarizado con estándares como HTML y CSS, el proceso de personalización del diseño es bastante sencillo. La mayoría de usuarios de WordPress utilizan temas hijo para poder hacer su trabajo.
¿Qué son los temas hijo?
En esencia, un “tema hijo” es una copia de un tema de WordPress original que hereda su apariencia y funcionalidad del tema padre. El tema padre permanece sin cambios mientras que el tema hijo puede ser modificado cuando sea necesario para conseguir cualquier aspecto o comportamiento personalizado que se desee. Una vez que el tema hijo es creado, puedes alterar cualquier aspecto del tema que quieras sin perder la plantilla original.
Beneficios principales de los temas hijo
Lo mejor de usar un tema hijo es que permite una personalización suprema sin tener que trastear con la fórmula original. También permite un desarrollo rápido sin necesidad de un gasto enorme por parte del webmaster en cuestión. Además, permiten a los webmasters mantener sus temas intactos si el diseñador del tema padre decide actualizar su código sin previo aviso.
Los inconvenientes de los temas hijo
El único problema real con los temas hijo de WordPress es que pueden ser difíciles de gestionar si te sales del guión. En otras palabras, es difícil mantener el control de lo que has hecho a un tema y asegurarte de que puedes crear tu nuevo diseño sin problemas. Los temas hijo son una buena idea si sabes lo que estás haciendo, pero pueden convertirse en un dolor de cabeza rápidamente.
¿Cómo desarrollar el tuyo propio?
Crear un tema hijo nuevo es bastante sencillo. En primer lugar, inicia sesión en el panel de control de WordPress y crea un directorio para albergar los archivos de tu tema hijo. En ese directorio, necesitarás un archivo “style.css” y un archivo “functions.php”. Lo único que te queda por hacer después es copiar los datos de tu tema padre a los nuevos archivos y casi habrás terminado. Actívalo como lo harías normalmente yendo a la sección de Temas.
Trucos, consejos y mejores prácticas
A la hora de crear temas hijo, probablemente querrás crear diversas variaciones sobre el mismo padre para ver qué te gusta más. Nombra a tus temas hijo lógicamente para poder seguir la evolución del diseño. Si quieres automatizar el proceso de creación de los temas hijo, una decisión sabia es utilizar un plugin como One-Click Child Theme. Asegúrate de hacer una copia de seguridad de la carpeta de tu tema hijo en caso de que pirateen el sitio web o el servidor se averíe.
¿Cuándo deberías usar un tema hijo?
Si te gusta un tema específico que has encontrado pero quieres retocarlo un poco, un tema hijo es el camino a seguir. Asimismo, los webmasters que quieren crear un diseño desde cero incorporando la funcionalidad básica de otro diseño, se benefician enormemente de los temas hijo. En resumidas cuentas, los temas hijo son una potente arma en el arsenal del desarrollador de WordPress.